EL CUARTO VIAJE

Introducción

“Ya pasan de tres años que estoy en esta nueva Misión meridional de esta América hacia el Estrecho de Magallanes. Y en estos tres años solo entre esta gente, Dios me ha ayudado de tal manera que no he tenido ni un dolor de cabeza, y eso en medio de tantos trabajos y a pesar del hambre”. Escribía el Padre. Nicolás Mascardi, en carta dirigida a sus familiares poco antes del Cuarto viaje que emprendía, desde la “Misión Nahuelhuapi”, haciendo extensas incursiones en el sur argentino. Adjuntamos un mapa detallando estos “viajes”, que no dejan de asombrarnos considerando su extensión y en la bravura del clima patagónico.

Es de resaltar que esta Misión del Nahuelhuapi (1670-1717) no llegó a ser un centro irradiador de cultura, como fue el caso de las Reducciones Guaraníes. Pero sí fue modelo pastoral de un llamativo protagonismo de la mujer y de laicos en general; como así también de la vivencia de un evangelio liberador, en la Historia real del Pueblo Poya. La Misión llegó a contar con poco más de doscientas personas en forma permanente, y más de tres mil que vivían en los alrededores del Lago y su región de influencia. Desde y por esta incipiente comunidad cristiana patagónica, Mascardi hace propias las palabras del antiguo Profeta Isaías, que renacen en él: “¡AQUÍ ESTOY, ENVIAME!”. Son las poyas evangelizadas que maduran, evangelizando a otros, en la persona de Mascardi. Con seguridad que costó desprenderse mutuamente.

Preparativos

Llegaba la primavera a orillas del Nahuel Huapi, y Mascardi se preparaba para su próximo derrotero. El 22 de septiembre de 1673, le escribía a un compañero jesuita: “Ya he recorrido una gran parte del país, y ahora estoy por marchar hasta el 46º “

Es indudable que había conseguido mayor información sobre la ubicación de La Ciudad de los hombres de Argüello (“La Ciudad de los Césares”), razón por la cual “ardía en deseos” de emprender una cuarta exploración a través de las tierras patagónicas.

El camino seleccionado: hacia el Sur, paralelo 46º bordeando el lado Este de la Cordillera, pasando finalmente al territorio de los chonos (Chiloé). Porque en esa área estaría, La Ciudad Encantada. Se basaba, para este itinerario, en los informes recibidos por los indios y en su propia experiencia de las tres expediciones anteriores.

Lucidez, Coraje, Testimonio

Algo merece destacarse: el fuerte presentimiento que tuvo Mascardi de que podría ser asesinado y, por tanto, cumplirse lo que tanto anhelaba: “! Dichoso, yo, si lograra derramar mi sangre por Cristo!”, Por lo cual, antes de iniciar su viaje, dejó un escrito a los Poyas del Nahuel Huapi, testimoniando que ellos era buenos cristianos y le habían sido fieles; “que si él muriese a manos de los bárbaros, en el viaje que quería hacer para predicarles el santo Evangelio”, los españoles supieran que no habían sido los Poya del Nahuelhuapi”. Escrito que los poyas hicieron llegar al Gobernador de Chiloé al conocerse la muerte violenta de Mascardi y compañeros.

Esta actitud motivadora de abandonar todo, hasta la propia vida, en la misión de anunciar el Evangelio, para Mascardi siempre estuvo muy clara. Ya lo había manifestado así y por escrito, cuando solicitó al superior jesuita la autorización para fundar la “MISIÓN NAHUELHUAPI”. Entonces fue cuado escribió, desde el Colegio de Castro, Chiloé 1669:

Se dirá que me expongo a ser víctima de los bárbaros. ¡Dichoso, yo, si lograra derramar mi sangre por Cristo! ¡Ojala que mi sangre fecundara aquella tierra hasta ahora estéril! Ésta no ha de producir cristianos, sin que sea regada por la sangre de los mártires. ¡Quiera Dios aceptar la mía para tan Santo objeto!

Primeros “Mártires” del Nahuel Huapi: Padre Mascardi y compañeros laicos

Y la pequeña caravana misionera partió desde el Nahuel Huapi, en la primavera de 1673, como queda dicho. Mascardi y cinco Poyas cristianos, su buen amigo y servicial Cacique Manquehunai y un hermano de éste. Fueron sorteando pacíficamente los encuentros con indígenas desconocidos. Fue muy importante la intermediación de Manquehunai. Mascardi “tenía un pie malo”, a raíz de una torcedura. Pese a esta dolencia, su costumbre era caminar “cuanto más pudiese, disfrutando de los hermosos paisajes del Sur”; aunque no dejaba de acompañarlo su caballo para las jornadas más extensas. Y así fue que llegaron a los 47º de latitud, ya en el Norte de la Provincia de Santa Cruz. No tenemos, hasta ahora el lugar exacto de los acontecimientos trágicos y, paradójicamente, gloriosos.

En las inmediaciones del nacimiento del Río Deseado (que recorre 615 Km. de la Patagonia, desde el Lago Buenos Aires hasta el Atlántico), un grupo desconocido de aborígenes denominados Huillipoyas (Poyas del Sur) les cortaron el paso. Entonces el Padre Mascardi, como lo venía haciendo en otros casos, envió al Cacique Manquehunai para que hablase con ellos…

Y copiamos del relato que hace de esto momentos el Jesuita Guillermo Furlong:

“Él fue y les dijo quién era el Padre, y el fruto que iba haciendo en las almas, que fuesen a oír una santa doctrina y a ser cristianos, como los demás. Respondieron enfurecidos que no querían ser cristianos, ni que el Padre anduviese predicando por sus tierras, que allí venían a matarle, y también a él, porque les traía al Padre, y cerrando con el Cacique Manquehunai, le mataron allí. Y corriendo a donde estaba el Padre, hicieron con él lo mismo, traspasándole con tres saetas el pecho, que tenía descubierto para recibirlos; y dándole muchos golpes en la cabeza con una bolas de piedra con que lanzan, atadas unas con otras, le labraron la corona del Martirio al apostólico Padre. Y se le cumplieron sus ansias y continuos deseos de morir por Cristo, predicando el Santo Evangelio. De los indios que iban con el Padre mataron a dos, y otro dos huyeron, que fueron un Indio de Chiloé y el hermano del Cacique Manquehunai, quienes llevaron la nueva a Nahuel Huapi. Otro Indio de Chiloé (Chono), llamado Domingo, quedó cautivo, y a media noche salió de entre los indios y enterró el cuerpo del santo Padre; como aquellos son arenales muertos le fue fácil hacer un hoyo y echar la arena encima “

Esto sucedió el 15 de Febrero del año 1674. Mascardi tenía 50 años.

Y en memoria de este Acontecimiento, que es un Tesoro Escondido en las orillas del Lago, a la espera de ser descubierto, surgió la PEREGRINACIÓN NÁUTICA, que Dios mediante, la haremos por novena vez, en este 2013

P. Pascual Bernik